En términos simples, cuando padece hipertiroidismo la glándula tiroides produce demasiada hormona tiroides para las necesidades del cuerpo.
La causa más común de hipertiroidismo es una enfermedad autoinmune denominada enfermedad de Graves. Esta enfermedad es hereditaria y suele afectar a mujeres jóvenes.
Otras causas incluyen:
- La tiroiditis. Es una inflamación de la tiroides producida por un virus o un problema con el sistema inmunitario.
- La aparición anormal de uno o más bultos o nódulos en la glándula tiroides. Estos nódulos aumentan gradualmente la actividad de la glándula y, por tanto, la cantidad de hormona en sangre.
- Exceso de yodo.
- Medicamentos de tiroides. El tomar un exceso de hormona de reemplazo de la tiroides (en caso de padecer hipotiroidismo), puede acabar generando hipertiroidismo.
Síntomas del hipertiroidismo
En el hipertiroidismo, el metabolismo se “acelera”, pudiendo padecer síntomas como:
- Sensación de calor.
- Transpiración.
- Visión doble.
- Debilidad muscular.
- Problemas para conciliar el sueño.
- Dificultad para centrarse en una tarea.
- Pérdidas de memoria.
- Cambio en los hábitos intestinales.
- Frecuencia cardíaca más elevada y palpitaciones.
- Ansiedad, nerviosismo o irritabilidad.
- Pérdida de peso.
- Problemas menstruales.
- Fatiga.
Opciones de tratamiento
Existen distintas formas de tratar el hipertiroidismo. Su médico elegirá el mejor tratamiento para usted en función de su estado de salud general, la gravedad de la situación, la causa de su hipertiroidismo y su edad.
- Medicamentos anti-tiroideos que evitan que la glándula tiroides produzca más hormona.
- El tomar yodo radiactivo (RAI) por vía oral. Desaconsejada durante el embarazo, este tratamiento conduce al hipotiroidismo y requiere que los pacientes tomen suplementos de hormona tiroidea durante el resto de sus vidas.
- Cirugía para extirpar parte o toda la glándula tiroides. Es posible padecer hipotiroidismo después de esta operación y, por tanto, tener que tomar suplementos durante toda la vida.
Necesitará realizar análisis de sangre periódicos post-tratamiento para comprobar sus niveles de hormona, y así ajustar las dosis de los fármacos si fuese necesario.