El exceso de mocos en la garganta puede ser el producto de una infección respiratoria, un resfriado, una gripe o una reacción alérgica. Ya sea de forma permanente o temporal, la mucosidad en la garganta no son más que un síntoma que lleva consigo otras molestias respiratorias. La aparición de mucosidad excesiva en la garganta es un mecanismo de defensa del organismo que pretende combatir bacterias, microorganismos o enfermedades. A continuación, hablamos de los mocos en la garganta, de las principales causas de aparición y el mejor tratamiento para acabar con ellos.
Qué son los mocos en la garganta
Los mocos en la garganta son un mecanismo de defensa del organismo contra bacterias, microorganismos y enfermedades. El exceso de mucosidad puede ser permanente o temporal y ocasiona molestias en las vías respiratorias pudiendo a llegar a irritar la garganta. Las causas que lo originan responden a diversas afecciones.
Existen numerosos hábitos que pueden ayudar a reducir las molestias que provocan los mocos en la garganta, sin embargo, estos suelen desaparecer por sí mismos cuando se ha superado la patología que los ha provocado, siguiendo las pautas médicas adecuadas.
Causas
Los mocos en la garganta son un síntoma en sí mismo, por ello, su origen reside en otras enfermedades. Las principales causas de la aparición de exceso de mucosidad en garganta o vías respiratorias son:
Goteo postnasal
Se trata de un goteo nasal posterior que se produce cuando existe una acumulación de mocos en la nariz. Estos, generalmente, descienden poco a poco hacia la garganta donde se acumulan y dificultan el tragar de la persona que lo sufre, además de irritarle la laringe. Una de las principales causas de tos y mucosidad en la garganta de forma permanente es el goteo postnasal.
Desviación del tabique
Otra de las causas que provocan acumulación de mocos en la garganta es la desviación del tabique nasal. Esta condición, que padecen muchas personas, puede ser de carácter hereditario o puede haber sido producida por algún traumatismo. El tabique desviado no puede observarse a simple vista, pero es bastante molesto y puede implicar muchas complicaciones en las vías respiratorias, incluso ocasionando dificultades al respirar. Dolor de cabeza, ronquidos, sinusitis, acumulación de moco en las fosas nasales, mucosidad en la garganta o goteo postnasal son algunos de los síntomas que puede ocasionar la desviación del tabique.
Un otorrinolaringólogo te ayudará a corregir este problema para evitar posibles complicaciones, como congestiones bacterianas o infecciones que pueden llegar a afectar a los pulmones.
Alergias
Los cuadros alérgicos suelen desatar rinitis, una afección que estimula la producción de mocs y, por ende, provoca la acumulación de mocos en la garganta. Los procesos alérgicos que pueden ocasionar el exceso de mucosidad son la alergia al polen, a los ácaros o al polvo.
Si eres alérgico a uno de estos tres agentes y presentas mocs en la garganta de manera permantente, es importante que, además de seguir las pautas médicas, mantengas altos niveles de limpieza en tu ambiente y tu entorno. Evita el uso de alfombras, cortinas o plumeros y cambia la ropa de cam un par de veces por semana. También limpiar cada tres días los cristales de la ventana o ventilar la casa a menudo serán medidas perfectas para evitar la acumulación de polvo en tu hogar. ¡Toma medidas!
Tabaquismo
El tabaco es uno de los agentes más tóxicos para el organismo. Su consumo, además de desarrollar diversas enfermedades, afecta directamente a las vías respiratorias, lo cual pone en riesgo llevar a cabo una correcta respiración o conseguir la cantidad de oxígeno necesaria para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
Una de las consecuencias más notables y tempranas del tabaquismo es la irritación de la laringe y la inflamación de las membranas nasales, lo cual propicia el incremneto de la producción de mocos y, por ende, la acumulación de estos en la garganta, además de tos, carraspera o ronquera. Llevar hábitos de vida saludables y dejar de fumar son claves para que el tabaco no afecte a tu vida cotidiana.
Infecciones bacterianas
Las infecciones bacterianas en las vías respiratorias o en la laringe también pueden ocasionar mocos en la garganta. Las más habituales son la sinusitis, la bronquitis, la amigdalitis o la faringitis. En estos caso, el sistema inmunitario incrementa la producción de moco como método de defensa para impedir que las bacterias que han causado la infección no proliferen en el organismo. En estos casos el exceso de moco en la garganta suele ser temporal.
Síntomas
Aunque los mocos en la garganta, como hemos visto, es un síntoma derivado de diversas afecciones, el exceso de mucosidad puede traer consigo otros síntomas como:
- Irritación de la garganta
- Dificultades al respirar
- Dolor de cabeza
- Carraspeo frecuente, a fin de movilizar la mucosidad acumulada
- Tos, como mecanismo de defensa para expulsar el moco
- Mal aliento
- Sensación de atoramiento o dificultad para tragar
Diagnóstico y tratamiento
Para poder poner remedio e iniciar un tratamiento contra los mocos en la garganta, primero debe diagnosticarse la causa que los ha producido. Por ello, si llevas tiempo sufriendo por la acumulación de mucosidad y no sabes a qué se debe, te invitamos a acudir al médico para que te evalúe y te prescriba el tratamiento adecuado. No obstante, existen ciertos consejos, hábitos o remedios que te ayudarán a sentirte mejor, aunque no logren corregir del todo el problema de salud que origina dicho síntoma.
- Bebe entre 2 y 3 litros de agua a diario. Esto, además de mantenrte hidratado facilitará el descenso de los mocos y te ayudará a que sean menos espesos, por lo que producirán menos molestias.
- Mezcla agua con sal para hacer gárgaras. Esto te ayudará a reducir las molestias y disminuir la irritación de garganta.
- Evita alimentos que incrementan el volumen de la mucosidad como los lácteos, el azúcar, los huevos, las legumbres o los cereales.
- Evita el consumo de tabco.
- Matén el hogar limpio.
- Lleva a cabo buenos hábitos de higiene y limpieza.
- Evita la exposición a agentes tóxicos como el humo o los gases del ambiente.
- Disminuye el uso de aires acondiconados o calefección.