La llegada del invierno con la consecuente bajada de las temperaturas en todo el territorio español posibilitan la aparición de catarros, refriados y gripes. Desde que el frío ha hecho acto de presencia en el país son muchos más los casos de gripe de los que se tiene constancia en los hospitales y centros de salud. Exactamente igual que ocurre cada año, en diciembre comienza a subir la curva de la epidemia, que llegará a su culmen en unas semanas.
Obviamente, una gripe no es exactamente lo mismo que un refriado común. Pero, este tipo de patologías suelen confundirse muchísimo por la similitud que hay entre sus síntomas. Si bien es cierto que la sintomatología inicial es muy similar, la gripe suele continuar su evolución provocando otros signos de alerta.
Diferencias entre los síntomas de la gripe y el resfriado
En un inicio los síntomas de ambas enfermedades son muy parecidos. Dolor de cabeza, mocos, dolor de garganta, estornudos y fiebre moderada suele ser el comienzo de la enfermedad. Si la cosa queda ahí estamos ante un catarro o un simple refriado. Pero, en el caso de que los síntomas vayan a más, es decir, que la fiebre sea muy elevada y dure alta varios días o existan dolores musculares, es una gripe la que está atacando al cuerpo. Además, la gripe también puede conllevar escalofríos, diarreas y dolores intestinales.
En el momento en que se tenga certeza absoluta de que lo que se padece es gripe es muy importante acudir al médico de cabecera. De esta forma el profesional podrá recetar el tratamiento más oportuno para paliar los síntomas de la forma más rápida y efectiva.
Además, la prevención de la gripe y el resfriado es esencial. Se trata de un virus de fácil contagio. Para que se contagie, la vía aérea es más que suficiente. Por ello, es importante seguir medidas de higiene extremas. Lavarse las manos constantemente, taparse la boca al estornudar o toser, ventilar las estancias de la casa y evitar compartir vasos o cubiertos con personas que estén afectas es esencial.
Por otra parte, los médicos recomiendan seguir una alimentación saludable, rica en vitamina C, y practicar ejercicio físico. De esta forma el cuerpo se podrá sobreponer del virus mucho más rápido.
La vacuna de la gripe
Otro de los métodos preventivos para evitar la infección del virus de la gripe es la vacuna. Por norma general, a finales de octubre da el pistoletazo de salida la campaña de vacunación contra la gripe. Es cierto que esta está propuesta para grupos de riesgo, como personal sanitario, personas mayores de 65 años, embarazadas y profesorado infantil. No obstante, cualquier persona que desee vacunarse puede solicitar cita con su centro de salud y pedir que le pongan la vacuna.
En el caso de padecer cualquiera de estas patologías lo más importante es el descanso, beber muchos líquidos y el tratamiento con antiinflamatorios y mucolíticos. Para aquellas personas que sufran un proceso gripal grave, lo más aconsejable es la visita al médico para que pueda proponer un tratamiento más eficaz.