Entre las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC) se encuentra el enfisema, una patología donde los alveolos, es decir, las pequeñas bolsas que contienen aire situadas en los pulmones, se dañan, por lo que el cuerpo no llega a recibir todo el oxigeno necesario para funcionar correctamente. Dificultades respiratorias, tos crónica o falta de aliento son algunas de las consecuencias de padecer dicha enfermedad. Las causas que la provocan son variadas, pero el estilo de vida tiene mucho que ver. Hablamos, por ejemplo, del tabaco una de las causas más comunes que propician la aparición del enfisema.
Si quieres saber más sobre esta patología común del sistema respiratorio, no dejes de leer el siguiente artículo. En tuSíntoma te lo contamos todo sobre el enfisema, su origen, los síntomas que produce y los posibles tratamientos que ayuden a reducir los factores de riesgo que puede provocar esta enfermedad pulmonar.
Qué es un enfisema
Los alveolos son pequeñas bolsas de aire que se encuentran en el pulmón y que ayudan a nuestro organismo a obtener el oxígeno necesario para poder funcionar correctamente. Cuando se produce un enfisema pulmonar, los alveolos se destruyen gradualmente, se dañan, provocando cierta dificultad a la hora de respirar. Debido a sus características, el enfisema destruye poco a poco las fibras elásticas que ayudan a mantener abiertas las vías respiratorias, provocando un colapso en estas e impidiendo tanto que el aire de los pulmones salga como que entre nuevo oxígeno renovador.
El enfisema puede ser leve, moderado o severo y, en muchas ocasiones, nuestro propio estilo de vida puede mejorar o empeorar la situación, por ejemplo con el tabaco. Recuerda que respirar es una función vital para el organismo y obtener oxígeno de calidad nos ayudará a tener una larga vida.
Tipos de enfisema
Existen diversos tipos de enfisema, que se clasifican según su morfología:
- Centrolobulillar: es el que empieza en los bronquios y se extiende de manera periférica. Poco a poco va destruyendo los bronquiolos y dilata los lóbulos superiores. Es la causa más común de enfisema, dado que representa el 95% de los casos. El tabaquismo es su primera causa.
- Panacinar: este tipo de enfisema afecta a la mitad inferior de los pulmones destruyendo los alvéolos uniformemente.
- Paraseptal: implica a las estructuras distales de las vías respiratorias y se localiza alrededor de los pulmones.
Causas
Como hemos apuntado anteriormente, los hábitos saludables son un punto clave a la hora de mantener nuestro organismo sano. En el caso del enfisema es imprescindible, puesto que una de sus principales causas es la exposición constante a irritantes que se encuentran en el aire. Los más perjudiciales son:
- Humo de tabaco y tabaquismo.
- Contaminación en el aire.
- Fabricación de gases.
- Carbón o polvo de sílice en el aire.
Aunque estos son los orígenes más frecuentes y comunes del enfisema, no debemos obviar que en alguna ocasión esta enfermedad pulmonar obstructiva puede ser producto de la deficiencia de alfa-1 antitripsina, una proteína que se encarga de proteger las estructuras elásticas que forman parte de los pulmones, por lo que el enfisema en estos casos es de carácter hereditario.
Síntomas
Puede pasar un largo periodo de tiempo desde la aparición del enfisema hasta las primeras señales del mismo. Los síntomas suelen aparecer cuando dicha patología ya está avanzada, siendo la falta de aire el primer signo que puede desarrollarse poco a poco, hasta que la dificultad para respirar afecte directamente a su vida cotidiana, momento en el que el enfisema se hace patente.
Otros síntomas comunes que caracterizan el enfisema son la tos, las taquicardias o, incluso, el cambio de color de labios y uñas que pueden tornarse azuladas o grisáceas, conocido como cianosis.
Factores de riesgo
Aunque hemos observado las causas más habituales que pueden desarrollar un enfisema, es cierto que existen factores de riesgo diversos que pueden precipitar la aparición de esta patología pulmonar. Conozcamos los más habituales:
- Fumar. Es la causa más común y, por ende, el factor de riesgo más importante. El riesgo de padecer un enfisema aumenta progresivamente con los años y la cantidad de tabaco que se ha fumado.
- Exposición al humo. Si no eres fumador pero estás expuesto diariamente al humo de otros fumadores te conviertes en fumador pasivo y también existe cierto riesgo de padecer un enfisema.
- Edad. Los síntomas suelen aparecer entre los 40 y los 60 años, dado que el enfisema se suele desarrollar de manera gradual.
- Exposición a vapores o polvo. Los vapores de los productos químicos o de polvo como madera, algodón o minería aumentan el riesgo de sufrir un enfisema.
- Exposición a contaminación. Los aires contaminantes, tanto exteriores como interiores (escapes de automóviles, combustible de calefacción…) pueden propiciar el desarrollo de un enfisema.
Diagnóstico y tratamiento
Si nota que la falta de aire es recurrente y que le impide realizar tareas diarias o le falta el aliento incluso estando en reposo, es imprescindible acudir a un médico cuanto antes. Los chequeos médicos son esenciales para detectar cualquier problema de salud y, en caso del enfisema, será todavía más importante dado que los síntomas suelen aparecer a largo plazo. No obstante, si la dificultad para respirar se hace evidente, es importante realizar un diagnóstico médico a través de análisis de sangre u otras pruebas específicas como las radiografías de tórax, las tomografías computarizadas o la espirometría. Si el resultado es positivo, será imprescindible iniciar un tratamiento lo antes posible para evitar complicaciones como el colapso de pulmones o el desarrollo de enfermedades del corazón.
En cuanto al tratamiento, cabe decir que no es posible detener la progresión del enfisema, pero si existen fármacos que ayudarán a aliviar y aminorar los síntomas, aunque no podrán hacer desaparecer las lesiones ya existentes. Como la causa principal del enfisema es el tabaquismo, se preescribirán, en primer lugar, medicamentos para dejar de fumar y reducir el riesgo de complicaciones como la vareniclina o el hidrocloruro de bupropión. Para aliviar la dificultad para respirar serán necesarios broncodilatadores y para la tos o la falta de aire, si existe una infección bacteriana como una pneumonía o una bronquitis aguda, se recetarán antibióticos.
Para complementar el tratamiento farmacológico puede ser efectivo realizar ejercicios y otras técnicas de respiración. Para los casos de enfisema más graves puede ser necesario recurrir a una intervención quirúrgica para poder reducir el volumen pulmonar o inclusive realizar un trasplante de pulmón.
Recuerda que llevar una vida saludable, comiendo equilibrado, realizando deporte moderado y dejando del lado el tabaco, puedes evitar la aparición de los síntomas más agudos de enfisema.