La caída del cabello o Alopecia es un hecho frecuente entre la población. La Alopecia no es preocupante en si, es más bien un hecho habitual. Sólo deberíamos alarmarnos si la pérdida de cabello es mayor que el que se regenera.
Causas de la Alopecia
Existen múltiples factores por los que aumenta la pérdida del cabello, entre ellos se encuentra el estrés, la mala alimentación (anorexia nerviosa, anemia ferropénica, etc), y trastornos hormonales (embarazo) que se revierten al corregirse la causa. La alopecia (falta de pelo en zonas capilares), también puede ser secundaria a tratamiento médicos como son los quimioterapicos, o a causas congénitas, es decir, que heredamos en nuestros genes.
Soluciones: ¿mitos o realidad?
- El champú anticaída no ha demostrado hasta ahora ser efectivo para evitar la caída de cabello. No es una solución por si sola pero si ayuda.
- Las lociones y las vitaminas pueden ayudar a controlar la caída si se debe a situaciones puntuales de estrés o por falta de algún nutriente como el hierro.
- Para la alopecia androgénica (calvicie común), los únicos tratamientos con una eficacia demostrada para frenar la pérdida son el minoxidil 5% (loción) indicado tanto en mujeres y hombre, y el finasteride (tratamiento oral) sólo para varones.
- El trasplante capilar es otra opción para recuperar el cabello. La técnica consiste en extraer pelo de la parte trasera de la cabeza e injertarlo en las zonas donde escasea. Para ser candidato a esta terapia se necesita zonas con bastante pelo.
Actualmente, existen dos técnicas de trasplante capilar: la tira y el FUE. En la primera, se extrae de la parte trasera de la cabeza una tira de piel que incluye el pelo con una amplitud aproximada de 1cm, y se cierra la zona de extracción mediante una sutura que dejará una cicatriz casi inapreciable. En el caso del FUE, se rasura la zona donde se va a coger el cabello, y de ahí se extraen las unidades foliculares de una en una.