El estrés es una respuesta adaptativa que prepara a nuestro cuerpo para llevar a cabo una respuesta física, de lucha o huída, ante un peligro o adversidad. Tenemos estrés constantemente, es algo necesario que nos ayuda a seguir adelante bajo la presión y los obstáculos diarios. El problema es que en la sociedad y época actuales, las amenazas son más psicológicas y emocionales que físicas, por lo que nuestra respuesta física al estrés no sirve de nada y ese estado de activación se queda en nuestro interior. Por esta razón necesitamos liberar el estrés de alguna manera para que ese estrés no evolucione a un estrés patológico.
El estrés afecta al sistema inmunológico. Si estamos estresados nuestro organismo se centra y prepara para una respuesta física a un peligro o reto inmediato, exponiéndose a otro tipo de amenazas que no son a corto plazo como defendernos de enfermedades, de ahí que sea más fácil caer enfermos cuando padecemos de estrés.
Características de una situación de estrés
Hay cuatro características que provocan y aumentan el estrés. Cuantas más se cumplan, mayor será el estrés.
- Novedad. Situaciones que no hemos vivido nunca o en contadas ocasiones.
- Impredicibilidad. Situaciones repentinas o inesperadas.
- Sensación de falta de control de la situación. Falta de habilidad para sobrellevar o superar una situación.
- Una amenaza para nuestra personalidad. Acciones que ponen en peligro nuestro bienestar físico o psicológico.
Tipos de estrés
- Estrés agudo. Estado de excitación ante un estímulo puntual (examen, entrevista, problema concreto). Puede aparecer en cualquier momento de la vida de cualquier persona.
- Estrés agudo episódico. Cuando se tienen episodios de estrés agudo con mucha frecuencia y de manera descontrolada (muy emocional y con mucha irritabilidad).
- Estrés crónico. Estado constante de alarma del organismo, no baja nuestro nivel de activación y estamos siempre nerviosos y cansados.
Fases
Antes de padecer estrés patológico, y ante una situación de estrés repetitiva, existen fases a las que una persona se verá expuesta.
- El estrés comienza a cronificarse. Problemas digestivos, dolor abdominal.
- Compensar al cuerpo. Se cometen abusos como comer, beber y fumar más.
- Enfermas. Irritabilidad, cambios de personalidad, problemas de memoria, insomnio, etc.
Síntomas
- Irritabilidad.
- Trato brusco con los demás.
- Cambios de humor.
- Tics nerviosos como comerse las uñas.
- Insomnio.
- Problemas estomacales.
- Tensión muscular.
- Pérdida de memoria y concentración.
- Ansiedad.
- Reacciones alérgicas (asma, eczemas,…).
- Disfunción sexual.
- Depresión.
Causas
- Temor al fracaso.
- Altas expectativas.
- Nuevo empleo o pérdida de empleo.
- Divorcio.
- Problemas escolares.
- Embarazo o parto.
- Muerte cercana.
- Mudanzas.
- Enfermedades graves.
- Problemas económicos.
- Problemas laborales o familiares.
- No disponer de tiempo de descanso.
- Ser víctima de violencia o intimidaciones.
Técnicas para combatir el estrés
- Ocuparse de los problemas que se pueden resolver, olvidar los que no tenga solución.
- Ver los cambios como algo bueno y con positividad.
- No sobrecargarse de responsabilidades o actividades diarias.
- Estar con personas que transmitan tranquilidad.
- Pedir ayuda en los quehaceres.
- Controlar la respiración, respiraciones profundas y otras técnicas.
- Aumentar tu resistencia ante los retos vitales.
- Delegar responsabilidades.
- Establecer prioridades.
- Hacer ejercicio físico con regularidad (muy importante). El estrés prepara a nuestro cuerpo para una respuesta física, por eso debemos liberar esa energía para que no se convierta en un problema.