La escoliosis es el término empleado para describir una desviación lateral de la columna vertebral. Esta es una de las afecciones de la espalda más frecuentes durante la niñez y la adolescencia, debido al rápido crecimiento, aunque puede producirse a cualquier edad.
Las causas y los síntomas son variados, aunque es fácil diagnosticar la escoliosis durante un examen médico. La gravedad de la escoliosis puede variar según la magnitud de la curva, la edad en la que se ha producido la desviación, la localización de la lesión y las características de la misma.
Qué es la escoliosis
La escoliosis es una desviación de la columna vertebral que da como resultado una curvatura anormal. Aunque existen curvas fisiológicas en la columna que son normales, como las curvas hacia el exterior o cifosis, popularmente conocida como joroba, la escoliosis se trata de una desviación lateral, con carácter hereditario, que puede afectar tanto a la columna como a la espina dorsal.
Es decir, existe una torsión o rotación de la columna dando como resultado una figura similar a la de una «C» o una «S». Además, esta afección puede dar como resultado dos curvas al mismo tiempo, una en la parte superior de la columna y otra en la inferior, en direcciones opuestas, lo cual es todavía más perjudicial para la salud de la espalda.
Causas
Para conocer las distintas causas que producen escoliosis, se debe conocer su clasificación en en distintos tipos:
- Idiopática: es decir, se produce sin una causa aparente que provoque la lesión, pero suele tener un componente genético o hereditario. Éste el tipo de escoliosis que más padecen niños y adolescentes de entre 10 y 14 años. La escoliosis idiopática suele afectar más a las niñas (alrededor de un 80%) que a los niños (alrededor de un 20%).
- Congénita: se trata de una lesión producida por malformaciones en la columna, debido a un desarrollo inadecuado de las vértebras durante la gestación.
- Neuromuscular: este tipo de escoliosis se asocia a un amplio abanico de enfermedades tanto neurológicas como musculaes como la atrofia muscular espinal, las distrofias musculares o la parálisis cerebral.
Además de estos tres tipos de escoliosis más comunes, la lesión puede producirse debido a otras causas o enfermedades subyacentes como traumatismos, infecciones óseas o tumores, entre otras.
Por otro lado, la escoliosis puede clasificarse, también, según la zona que haya afectado, es decir, según su localización, dado que puede afectar a la columna cervical, dorsal o lumbar. Se debe añadir, que la escoliosis puede ser derecha o izquierda según la convexidad de la curva y se puede tratar de una afección con una sola curva principal o una doble curvatura de la columna vertebral.
Actitud escoliótica
La actitud escoliótica es una de las formas más frecuentes en que puede manifestarse la escoliosis. Se trata de una desviación lateral de la columna que puede corregirse voluntariamente, dado que está originada por causas externas:
- Postural: las malas posturas pueden provocar escoliosis.
- Antiálgica: se trata de una postura concreta que algunas personas adoptan para reducir los dolores de una hernia discal.
- Compensatoria: está ocasionada por la discrepancia en la longitud de las piernas.
- Inflamatoria: puede ser producida por causa de una apendicitis.
- Histérica: es la menos frecuente, dado que se produce por un componente piscológico.
Si no se pone remedio temprano a la actitud escoliótica, este inicio de lesión puede acabar transformándose en una escoliosis estructurada, con unos síntomas más severos y un tratamiento más específico para poder devolver la normalidad a la espalda, como por ejemplo, una cirugía.
Síntomas
La escoliosis, básicamente, se manifiesta através de la deformidad o curvatura de la columna vertebral. En el caso de los niños es muy evidente a medida que van creciendo, dado que se produce una asimetría en los hombros, las caderas o incluso puede presenciarse una pequeña giba, chepa o joroba, fácil de palpar cuando se examina médicamente al niño. En los jóvenes que sufren escoliosis las deformaciones de la columna pueden afectarles psicológicamente de alguna manera dado que pueden percibirse como problemas estéticos, que siempre tienen más repercusión durante la adolescencia.
Esta desviación de la columna no provoca dolor necesariamente. Pueden aparecer molestias, aunque son más frecuentes durante la edad adulta, no durante la niñez. Es cierto que esta deformidad de la columna también puede alterar la salud de los músculos de la espalda e incluso generar contracturas, que sí pueden ocasionar cierto dolor, además de sobrecargar otras articulaciones subyacentes como las caderas.
Cuando la escoliosis se da en adultos y el grado de la afección es avanzado, normalmente cuando se origina por otra enfermedad, pueden producirse trastornos respiratorios, ya que la desviación de la columna puede llegar a afectar a la caja torácica y quitarle flexibilidad a la hora de realizar los movimientos respiratorios.
Diagnóstico y tratamiento
La escoliosis es una afección que puede diagnosticarse fácilmente si se observa la desviación de la columna o una malformación en dicha zona. No obstante, además del examen físico los doctores, en el que se observa la asimetría de cintura u hombros o el dorso curvo, suelen hacerse otras pruebas que permiten detectar la escoliosis de manera temprana.
Una de las pruebas más conocidas es la prueba de Adams que detecta la giba o chepa. Asimismo, se procura observar desequilibrios pélvicos o la diferencia de longitud de las extremidades inferiores a la hora de dar un diagnóstico concreto. Asimismo, las pruebas médicas incluyen una serie de rafiología escoliótica como las radiografias, la telerradiografía de toda la columna vertebral o el bending test.
Como hemos comentado anteriormente, la escoliosis puede producir dolor o molestias específicas, lo cual puede ayudar al médico a diagnosticar la escoliosis.
En cuanto al tratamiento, la decisión terapéutica del doctor para tratar esta lesión o deformidad vertebral dependerá de diversos factores externos como la gravedad de la lesión, la localización de la desviación, la edad del peciente e incluso las causas o la presencia de otras patologías que han podido dar lugar a dicha afección. Sea cual sea el tratamiento seleccionado, todos tendrán unos objetivos básicos que se resumen en:
- Corregir la deformidad producida por la escoliosis.
- Controlar la progresión de la desviación hasta la completa madurez esquelética, sobre todo en el caso de los niños.
- Evitar consecuencias o complicaciones de carácter local o general.
El tratamiento de la escoliosis dependerá, principalmente, del tipo o grado de lesión que padece el paciente:
- Curva leve: la escoliosis leve se puede tratar mediante ejercicios de fisioterapia o de natación.
- Curva moderada: suele requerir una cirugía o la prescripción de un corsé Milwaukee que ayude a corregir la desviación de la columna vertebral.
- Curva grave: para tratar una escoliosis grave se necesita una cirugía que permita fijar la articulación.
El pronóstico de la escoliosis, además de la edad y del temprano tratamiento, dependerá del grado de curvatura de la desviación de la columna vertebral. Médicamente, es difícil garantizar 100% el éxito del tratamiento de escoliosis debido a que es una afección que va ligada directamente con el crecimiento óseo y la madurez esquelética. No obstante, si se pone remedio desde la infancia, en los casos más frecuentes de niños y adolescentes, será más probable una evolución favorable. En caso contrario, podrán producirse complicaciones de carácter digestivo, como hernias, neurológicas o incluso respiratorias.