La equimosis, popularmente conocida como moratón, se produce cuando la sangre del tejido celular se expande dada la rotura de los capilares debido a una lesión subcutánea causada por una contusión. Es un hematoma que va acompañado de un dolor por desgarro de los filetes nerviosos.
Este tipo de moratón pasa por diferentes fases hasta que desaparece por completo, debido a las modificaciones que sufre la hemoglobina de los eritrocitos de la sangre que se ha extravasado. A continuación, hablamos de la equimosis, un sangrado que se produce dentro de la piel.
Qué es la equimosis
La equimosis es el término médico que se utiliza para hablar de una lesión subcutánea que se caracteriza por los depósitos de sangre que se localizan bajo la piel o en las membranas mucosas, conocidos también como hematomas o moratones. Cuando aparece la equimosis significa que los vasos sanguíneos se han dañado o roto y, en consecuencia la sangre se ha escapado a otros tejidos.
Causas
Esta manifestación clínica se puede producir debido a diversas circunstancias:
Traumatismo cerrado
Es la causa principal de la presencia de equimosis en la piel. Cuando se produce una lesión es muy fácil que los capilares que se encuentran justo detrás de la piel se rompan con facilidad, provocando el derrame de sangre en el interior. Al no existir una incisión en la piel, la sangre no encuentra salida, por lo que se va acumulando en los tejidos de alrededor. Esta acumulación sanguínea provoca que la piel se vuelva rojiza en la zona afectada por la contusión.
La equimosis es una respuesta inflamatoria que da el cuerpo después de sufrir un traumatismo. No obstante, esta manifestación podría ser el resultado de otras afecciones o enfermedades tales como:
- Leucemia: la equimosis aparece como consecuencia del aumento de las células blancas.
- Cirrosis hepática: la enfermedad da lugar al deterioro el hígado lo que provoca irregularidades en la sangre y, en consecuencia, la aparición de hematomas subcutáneos.
- Mieloma múltiple: esta enfermedad está caracterizada por el incremento anormal de células plasmáticas en la médula ósea. Éstas, además, provocan anormalidades en la sangre y causan equimosis.
- Mielofibrosis: es una afección que produce anemia y, por ende, también equimosis, dado que ambas están estrechamente relacionadas.
- Insuficiencia renal aguda: cuando los riñones dejan de funcionar correctamente y se degeneran, se produce la acumulación de desechos en el flujo sanguíneo. Estas irregularidades producen equimosis.
- Cáncer: cualquier cáncer puede aumentar el riesgo de la aparición de equimosis subcutánea.
- Síndrome de Grey Turner: la pancreatitis que caracteriza a este síndrome es la causante de la aparición de equimosis.
Fases
Por lo general, sea cual sea la causa que origina la equimosis, debes saber que el hematoma pasa por diferentes estadios que hacen que la imagen de la lesión subcutánea vaya variando durante el avance de la misma:
- Ésta es la principal razón por la que vemos el moratón azulado o rojo.
- Después, la bilirrubina se convierte en hemosiderina, un elemento que otorga un color amarillento al hematoma.
Esto ocurre por uno de los componentes de la sangre, la hemoglobina, que se convierte en bilirrubina a través de una conversión enzimática.
Síntomas
Las personas que sufren esquimosis presentan un cuadro sintomatológico común:
- Decoloración de la piel. Se trata del aspecto rojizo o azulado que produce el hematoma o moratón y que se encuentra en el área donde se ha producido la lesión.
- Inflamación. Es un síntoma que puede estar presente o no, dependiendo del alcance de la contusión, así como del grado de daño que han padecido los tejidos afectados.
- Dolor. También es un síntoma variable, dado que a veces puede sentirse o no, dependiendo de cuán afectados están los nervios después del golpe. No obstante, es muy común que el afectado sufra dolor agudo en el hematoma, sobre todo si se ejerce un poco de presión.
Aunque estos son los síntomas más comunes que presenta la equimosis, no debemos obviar que en caso de que esta afección sea consecuencia de una enfermedad como el cáncer, la aparición de hematomas será un indicador claro de que el nivel de plaquetas ha disminuido, por lo que será necesario acudir al médico cuanto antes.
Diagnóstico y tratamiento
La equimosis en sí no requiere ni de un diagnóstico ni de un tratamiento médico complejo. Realmente, la aparición de hematomas se puede tratar en casa con remedios caseros. No obstante, se aconseja acudir al médico para conocer el alcance de la lesión si la equimosis es grande.
Las técnicas para gestionar el dolor e inflamación que puede presentar la equimosis pasa por hacer reposo, aplicar hielo en el área donde se encuentra el hematoma, elevarla y trabajar con la compresión de la zona. En caso de que el dolor sea intenso o el área esté muy inflamada se podrán tomar medicamentos antiinflamatorios.
Antes de iniciar el tratamiento con un fármaco consulta a tu médico, dado que si la equimosis es consecuencia de otra enfermedad no todos los medicamentos serán aptos ni efectivos. Asimismo, en caso de que la equimosis haya afectado a algunos órganos, se deberá llevar a cabo un examen clínico con el que se determine qué tratamiento es el más adecuado para cada situación.
En definitiva, el tratamiento médico de un hematoma o equimosis dependerá de la ubicación del mismo, de las partes del cuerpo que se vean afectadas y del grado de los síntomas que presente. En los casos más graves en los que existe un hematoma en el cerebro o una equimosis intra-abdominal, se podría incluso requerir la cirugía.
Tratar la equimosis en casa
Si sufres equimosis y deseas curarte pronto, el tratamiento en casa será fundamental y básico. Es importante que el área afectada descanse y repose para lograr una sanación rápida, pero, además, te recomendamos llevar a cabo los siguientes consejos:
- Aplicación de hielo: coloca el hielo en una toalla o un paño, nunca directamente sobre la piel. Después aplica el frío sobre la zona afectada y lograrás la vasoconstricción, es decir, constreñir los vasos sanguíneos que se han roto para que no provoquen la aparición de más hematomas.
- Aplicación de calor: con la aplicación de calor mediante esterillas o paños calientes lograrás dilatar los vasos sanguíneos y, por ende, activar la circulación. Así, contribuirás a mejorar la perfusión tisular que te ayudará a activar los sistemas de curación del cuerpo más rápidamente.
- Elevar la zona afectada: esto es importante para impedir la inflamación. Además, mejorará la circulación.
- Analgésicos: son los mejores medicamentos para disminuir el dolor agudo que puede producir la equimosis. El ibuprofeno es uno de los más indicados en estos casos, aunque es necesario consultar a un profesional de la salud si se tienen enfermedades subyacentes.
La equimosis desaparecerá de manera natural pasados unos días, después de que el hematoma pase por diferentes fases y los vasos sanguíneos se curen para continuar con su actividad.