Los avances científicos en materias de bioimpresión son cada vez mayores. En este sentido, cabe destacar un estudio publicado por la revista Nature Biotechnology, que ha sido llevado a cabo por el Instituto Wake Forest de Medicina Regenerativa de California, con el Dr. Anthony Ayala a la cabeza de las investigaciones.
Utilizar impresoras en 3 dimensiones en diversos procedimientos médicos está cada vez más a la orden del día, pero los profesionales se enfrentan a un problema cuando recurren a estas novedosas tecnologías y es la dificultad en la vascularización de los tejidos humanos creados artificialmente a través de la bioimpresión. Por ahora, las impresoras 3D se han usado con éxito para fabricar implantes a medida que pueden sustituir cualquier prótesis. Pero lo que se espera es ampliar los campos de uso de estas tecnologías para logara crear órganos que puedan ser trasplantados a humanos.
El estudio que se ha publicado en Nature Biotechnology desvela algunos resultados bastante óptimos en este sentido. En primer lugar, es importante destacar que parece que los investigadores han dado con la clave para lograr que los tejidos creados de forma artificial se integren debidamente en el cuerpo humano.
Hasta la fecha se han realizado muy pocos trasplantes usando estas técnicas de bioimpresión. Solamente se han podido ejecutar cuando no existía otra alternativa y se ha permitido llevar a cabo un procedimiento experimental. Un caso muy sonado fue el de una niña de 2 años que, en el año 2013, recibió una tráquea bioartificial. La niña padecía agnesia traqueal congénita. Es decir, una enfermedad rara que le impedía hablar, respirar o comer con normalidad. Tras realizarle el trasplante podía parecer que la intervención había sido exitosa, pero a los tres meses la niña murió. Lo que sucedió en este caso es que no se logró vascularizar el órgano trasplantado por el cuerpo de la pequeña. Y esto es sobre lo que se está trabajando en la actualidad.
Nuevo sistema de bioimpresión
Lo más importante para los científicos investigadores es lograr que los órganos vascularicen debidamente. Para ello, se ha creado una tecnología diferente que incorpora una serie de micro canales. En estos lugares se ponen las células de forma separada. Así se garantiza la permeabilidad. Al parecer las células que están en estos canales sobreviven al traslado al órgano sintético y esto indica que podrá desarrollar un sistema convencional de vasos sanguíneos.
El estudio, pese a estar todavía en fases iniciales, ya ha otorgado resultados positivos en su uso en ratones. Lo que se ha hecho ha sido implantar una oreja humana, que fue creada a partir de materiales biológicos y células humanas, así como materiales propios de la impresión en 3D. Tras dos semanas, se pudo comprobar que el músculo era fuerte y óptimo. Y después de dos meses parece que la vascularización era la correcta. El órgano estaba vivo y había formado cartílago.
Las conclusiones que saca el Dr. Anthony Ayala es que este tipo de tecnologías de bioimpresión podrían ser adecuadas para utilizarse en humanos con éxito. Algo muy característico es que el diseño de esta nueva forma de impresión en 3 dimensiones es perfecto para tomar los datos extraídos de las resonancias o tomografías. De esta forma es posible crear los órganos completamente a medida.
El fin último de este tipo de estudios es conseguir que los avances científicos en impresión 3D puedan lograr como resultado un órgano vivo que desarrolle un crecimiento celular completo y positivo.
En la actualidad dicho estudio sigue su curso y ya se está trabajando en la creación de órganos mucho más complejos, como corazones, riñones o vejigas. Según los responsables del estudio, este tipo de novedades científicas arrojan muchísima luz para los trasplantes de órganos del futuro, ya que, de funcionar correctamente, se acortarían considerablemente los plazos de las listas de espera y los pacientes que están a la espera de un trasplante podrían recibirlo rápidamente.
Además, algo muy característico es que se podría evitar el rechazo en cuanto a trasplantes de órganos, ya que cada bioimpresión se ejecutaría a partir de las células propias de cada paciente en cuestión. No obstante, investigadores de todo el mundo trabajan en ensayos clínicos para lograr reducir cuanto antes los rechazos y las tremendas listas de espera en materia de trasplantes.