Recientemente se ha celebrado en Estados Unidos la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia. En el marco de este evento se han presentado diversos estudios científicos que arrojan mucha luz sobre diferentes investigaciones. Quizás, lo más característico son los ensayos clínicos que se han llevado a cabo para averiguar cuáles son las consecuencias del tabaco sin humo, es decir, los conocidos como cigarros electrónicos.
Lo más característico de este tipo de estudios es que, según cuentan los investigadores, van un paso por detrás de la tecnología. Ya que los productos de este tipo (cigarrillos electrónicos) salen a la venta sin que existan estudios concluyentes sobre las repercusiones que pueden tener en la salud de los fumadores. Además, indican que todavía es necesario que pase mucho más tiempo para poder comprobar todas las implicaciones que conlleva el consumo del tabaco sin humo. No obstante, los estudios científicos presentados durante este evento aportan luz sobre algunos temas que podían ocasionar controversia.
Cigarros electrónicos durante el embarazo
Es de sobra sabido que fumar durante el periodo de gestación no favorece, en absoluto, el desarrollo del bebé, pudiendo relacionarse con niños de talla baja y otras complicaciones de salud. Pero, todavía no se podía hablar de las complicaciones que pueden surgir al consumir cigarros electrónicos durante el embarazo. En este sentido, la doctora Judy Zelikoff, responsable del departamento de medicina ambiental de la Universidad de Nueva York, ha dado a conocer los resultados de una investigación científica que ponen de manifiesto los peligros de fumar tabaco sin humo durante el embarazo.
Todas las pruebas llevadas a cabo durante la investigación han sido ejecutadas con animales, concretamente con ratones, y los resultados han sido realmente esclarecedores. En primer lugar, parece quedar claro que fumar cigarros electrónicos durante el periodo gestacional afecta negativamente al desarrollo del cerebro del niño, sobre todo a la zona del córtex frontal. En esta área del cerebro es donde se halla el juicio y el conocimiento.
Al parecer, las sustancias que llevan los cigarrillos electrónicos contienen algunos componentes que pueden alterar los genes del feto, haciendo que el córtex frontal del cerebro no se forme debidamente. Además, las pruebas llevadas a cabo en el laboratorio han mostrado que los daños son mayores en hembras.
La doctora Zelikoff y su equipo de investigación han observado cambios significativos en el comportamiento y la movilidad de los ratones a los que se les administró tabaco sin humo. Además, se pudo observar que este tipo de sustancias generaron un aumento de los problemas cardiacos y hepáticos en ratones que estaban en periodo de gestación.
Los motivos por los que se llevó a cabo dicho estudio fueron el incipiente aumento del consumo de cigarros electrónicos por las mujeres embarazadas, que los utilizan como una alternativa “segura” al tabaco convencional. El departamento de medicina ambiental de la Universidad de Nueva York, ha querido demostrar lo perjudicial que puede resultar este tipo de sustancias.
Pese a todos los resultados obtenidos en animales, cabe destacar que los propios investigadores advierten que todavía es pronto para hablar de todas las implicaciones que los cigarros electrónicos pueden tener en humanos. Para ello será necesario esperar a que los hijos de las mujeres que han consumido este tipo de tabaco sin humo crezcan y puedan ser estudiados debidamente. No obstante, los resultados obtenidos hacen pensar que no se trata de un producto para nada saludable, ni para la madre ni para el feto.
Otros estudios concluyentes
Por otra parte, se presentaron otros estudios que tenían como base el uso de cigarros electrónicos y sus consecuencias. En este sentido, el doctor Daniel Conklin, del departamento de cardiología ambiental de la Universidad de Louisville, advirtió que el consumo de tabaco sin humo acelera la aterosclerosis. Esta patología es la principal causa de muerte entre los fumadores convencionales. Esto indica que el cigarrillo electrónico puede resultar igual de dañino, o incluso más, que el tabaco convencional.