El eczema, eccema o dermatitis atópica es una forma común de dermatitis (inflamación de la piel) que produce picazón, enrojecimiento, hinchazón y dolor en la piel. Los síntomas pueden variar desde una erupción leve que desaparece muy rápidamente a una condición más grave que está presente desde hace mucho tiempo. El objetivo principal del tratamiento es el de eliminar la picazón, ya que, si no es tratado, puede provocar o empeorar los otros síntomas.
Aunque la eczema puede darse en cualquier momento de la vida, ocurre generalmente en los bebés y niños. Aproximadamente, uno de cada siete niños se verá afectado en algún momento.
Por norma general, el eczema suele empezar en la cara, seguido de las manos y los pies. Los niños mayores tienden a ser afectados en los pliegues de codos y rodillas, cuello, muñecas, tobillos y pies. En los adultos, las zonas más comúnmente afectadas suelen ser las manos y los pies. El eczema no es una enfermedad contagiosa.
Causas de la eczema
Aunque algunos niños tengan predisposición genética hacia el eczema, pueden no llegar a padecer la enfermedad.
Ciertas sustancias o condiciones pueden causar brotes de eczema. Estos factores desencadenantes pueden ser:
- Irritantes, infecciones de la piel, piel seca, baja humedad, el calor, la sudación o el estrés emocional.
- Los alérgenos, como los ácaros del polvo, polen, moho o alimentos.
Un bebé con eczema tendrá más probabilidades de ser alérgico a ciertos alimentos que otros niños. Del mismo modo, hay entre un 40 y 50% de probabilidad de que las alergias alimentarias acaben desencadenando en eczema moderado a severo. Los alimentos mayoritariamente responsables de estas reacciones son el huevo, cacahuete, leche, soja, trigo, pescado, nueves y mariscos.
Síntomas de la eczema
Los síntomas clásicos del eczema son:
- La comezón. Este es el peor aspecto, pudiendo llegar a ser muy molesto para el niño.
- Enrojecimiento, causado por un flujo adicional de sangre que pasa por los vasos sanguíneos en la piel afectada.
- Aspecto granulado de la piel, causado por pequeñas ampollas llenas de líquido situadas debajo de la piel.
- Aparición de costras en la piel. Cuando las ampollas antes mencionadas se rompen, se libera un fluido en la piel que, al secarse, forma costras.
- Piel seca. Los niños con piel seca son más propensos a padecer eczema.
- Manchas pálidas. El eczema puede perturbar la producción de pigmentos que controla el color de la piel, pudiendo formar machas pálidas que desaparecen con el tiempo.
Tratamiento
El objetivo principal del tratamiento es eliminar el picor que provoca o empeora los otros síntomas y causa más molestias.
En casos de eczema muy leve, la condición puede ser gestionada:
- Evitando posible fuentes de irritación usando emolientes tales como aceites y cremas hidratantes. En ciertos casos en los que la irritación no disminuya o se agrave, el médico derivará al niño a un dermatólogo para desarrollar un plan de tratamiento más efectivo.
- A través de cremas con esteroides o un ungüento (pomada), tales como la hidrocortisona, que reducen la inflamación en respuesta a una reacción alérgica. Estas deben aplicarse con cuidado y siguiendo la instrucciones del médico. Requieren receta y el mejor momento para aplicarlas es después del baño, ya que la piel es más absorbente.
- Dietas especiales que excluyen ciertos alimentos han sido eficaces en el tratamiento del eczema en algunos niños.
- Los antihistamínicos pueden ayudar a combatir la picazón. La somnolencia que causan como efecto secundario también puede ser útil para vencer el insomnio causado por la irritación.
En algunos casos, los medicamentos para suprimir el sistema inmunitario pueden ser necesarios para tratar la condición.
En los casos más graves, la fototerapia o tratamiento ultravioleta pueden ser sugeridos por su médico. Este método implica someterse a la exposición controlada a rayos UV-A / o UV-B, dos a tres veces por semana.